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Cómo controlar las porciones para evitar los atracones

El desafío de controlar las porciones para evitar atracones

Enfrentarse a los atracones es una experiencia común para muchas personas, sobre todo cuando el deseo de comer en exceso se vuelve algo recurrente y difícil de controlar. Como nutrióloga y educadora en diabetes con más de 20 años de experiencia, puedo decirte que el control de las porciones es uno de los pilares fundamentales para lograr una relación equilibrada con la comida y prevenir episodios de atracones. Cómo controlar las porciones para evitar los atracones y no obtener calorías que no queremos en nuestra dieta diaria. En este artículo, exploraremos estrategias prácticas para estructurar porciones adecuadas, mantener la saciedad y desarrollar un bienestar alimenticio más amplio.

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¿Qué es un atracón y cómo reconocerlo en tus hábitos alimenticios?

Un atracón implica la ingesta de grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo, muchas veces acompañada de una sensación de pérdida de control. Este comportamiento no es solo comer de más un día, sino una situación que se repite y que suele llevar a sentir culpa y frustración después de comer.

A lo largo de mi práctica profesional, he visto cómo el estrés, la falta de estructura en las comidas y las dietas extremadamente restrictivas pueden llevar al descontrol en la alimentación. Muchas veces, el atracón no es solo una cuestión de comida, sino una forma de llenar un vacío emocional o de gestionar emociones difíciles. Por eso, antes de juzgar nuestros hábitos, es importante aprender a observar nuestras señales internas y entender que el atracón es solo un reflejo de algo más profundo.

Porciones y balance: la clave para mantener la paz con la comida

Para encontrar el balance, es fundamental que cada comida sea completa y variada. Esto significa incluir los tres grupos principales de alimentos: proteínas, carbohidratos y vegetales, además de grasas saludables, que ayudan a la saciedad y el bienestar. A menudo he observado que cuando las personas comen comidas desequilibradas, como desayunos solo de carbohidratos (por ejemplo, pancakes con miel), esto dispara un ciclo de hambre y atracones a lo largo del día.

En lugar de una dieta restrictiva, el enfoque debe estar en construir platos variados que mantengan la energía estable y que eviten esos “picos” de hambre. Un desayuno completo podría incluir, por ejemplo, un sándwich con pan integral, huevo, un poco de queso y algunas hojas verdes. Este tipo de desayuno no solo equilibra las necesidades de energía del cuerpo sino que previene el impulso de comer de manera descontrolada más adelante.

Estrategias prácticas para controlar las porciones y evitar atracones

Una de las preguntas más comunes en consulta es cómo controlar las porciones sin sentir hambre o ansiedad. Hay varias estrategias que ayudan a estructurar mejor las comidas y prevenir esa urgencia de comer de más, que muchas veces aparece sin previo aviso. Desde mi experiencia, he visto que cuando las personas logran incorporar estos pasos, su relación con la comida cambia de manera significativa.

  • Desayuna de manera completa: Empieza el día con una comida que incluya proteína (como huevos o yogur), carbohidratos integrales (pan, avena o tortillas) y una porción de frutas o vegetales. Un desayuno completo ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando que a media mañana aparezcan los antojos de alimentos altos en azúcares.
  • Incorpora grasas saludables: Las grasas buenas, como las del aguacate, los frutos secos y el aceite de oliva, son esenciales para la saciedad. A veces, el hambre constante no es más que un signo de una dieta baja en grasas. Añadir pequeñas cantidades de grasas saludables en cada comida permite que el cuerpo reciba lo necesario y evita los “picos” de ansiedad.
  • Ejemplos de comidas completas: Para el almuerzo, podrías optar por una porción de pollo, un puñado de quinoa, acompañado de vegetales al vapor y aguacate. Estos elementos brindan una variedad de nutrientes que sacian y energizan, ayudando a evitar episodios de hambre intensa y súbita. Para la cena, un salteado de tofu o pescado con verduras y un poco de arroz integral sería una opción completa y balanceada.

La relación emocional con los alimentos y su impacto en el control de porciones

El control de porciones no solo depende de qué comes, sino de cómo te relacionas con la comida. Desde mi enfoque en balance y sazón, he visto cómo etiquetar alimentos como “prohibidos” o “malos” genera una relación negativa y restrictiva con la comida, que a su vez dispara el impulso de consumir esos mismos alimentos de forma compulsiva. Muchas personas llegan a consulta sintiéndose culpables por “romper la dieta” o comer algo que les gusta.

Al eliminar las etiquetas de “alimentos buenos y malos” y permitirte disfrutar de todo con medida, es posible reducir el miedo y la culpa. Por ejemplo, si tienes antojo de un pedazo de chocolate, permítetelo sin asociarlo a un sentimiento de fracaso. La paz mental en la alimentación ayuda a evitar los atracones, ya que el deseo de comer en exceso proviene muchas veces de la restricción y no de un hambre real.

Consejos para mantener una relación sana y libre de culpa con la comida

Comer con disfrute y sin culpa es un derecho. Comer debería ser una experiencia positiva, y para lograrlo es esencial aprender a escuchar las señales de hambre y saciedad del cuerpo. En mis sesiones, he implementado ejercicios de alimentación consciente, donde los pacientes aprenden a identificar cuándo han comido lo suficiente, sin necesidad de medir cada porción o sentir culpa.

Algunos consejos que puedes incorporar incluyen:

  • Come despacio y sin distracciones: Esto ayuda a que reconozcas cuando estás lleno. Comer frente a una pantalla o en situaciones estresantes interfiere con la capacidad del cuerpo de sentir saciedad.
  • Permítete disfrutar: Recuerda que comer es parte de nuestra vida social y emocional. Permitirte un alimento que disfrutas, sin sentir culpa, contribuye a una mejor relación con la comida a largo plazo.

Cuándo buscar ayuda profesional para el control de atracones


Si sientes que, a pesar de tus esfuerzos, los atracones siguen siendo frecuentes y afectan tu vida diaria, considera buscar el apoyo de un profesional especializado en conducta alimentaria. Como mencioné antes, los atracones pueden estar profundamente ligados a aspectos emocionales y hábitos de larga data. Esto no se resuelve solo con fuerza de voluntad o una dieta más estricta; se requiere un enfoque integral que incluya herramientas prácticas y de apoyo emocional.

Desde mi práctica, he visto que el acompañamiento de un profesional capacitado en el tema marca una diferencia significativa en la relación que las personas tienen con la comida. La ayuda no solo proporciona estrategias para estructurar una alimentación balanceada, sino también brinda recursos para explorar las emociones detrás de los atracones. Buscar ayuda no es un signo de debilidad; al contrario, es una decisión valiente y sabia que refleja el compromiso de cuidar de uno mismo.

Una relación equilibrada con la comida es posible

Evitar los atracones es más que controlar porciones; se trata de encontrar un balance que incluya bienestar físico y mental. A lo largo de mis años de experiencia, he trabajado con muchos pacientes que han logrado transformar su relación con la comida. Pasando de una mentalidad de restricción y culpa a una de disfrute y paz. Comer no debería ser un campo de batalla, sino una oportunidad para nutrirnos y sentirnos bien.

Recuerda que es posible comer con paz, con libertad y con balance. Aplica estos principios y date el tiempo necesario para implementar cambios. Te darás cuenta de que cada paso cuenta en el camino hacia una vida más plena y saludable. Y si necesitas apoyo, no dudes en buscarlo: mereces vivir una vida donde la comida sea un disfrute y no una fuente de estrés.

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